miércoles, 6 de julio de 2011

Basta de números.

Cerrar etapas cuesta, en realidad porque cuando te concientizas sobre lo que querés dejar atrás caes en que hace años tenés tremendos dolores que no pudiste superar (sumado el carácter orgulloso que tengo).
No me resulta fácil contar mi vida, por muchos motivos: tengo un bloqueo mental terrible. Las situaciones que me generaron dolor me llevaron a una vida de excesos y ahora, tengo poca memoria sobre la cronología de los hechos, pero voy a hacer un intento.
A los 11 años mi hermana me conto el secreto a voces de mi familia: mi abuelo no había muerto de un infarto, si no que se había suicidado. Ese día me sentí muy rara, sobre todo porque a los 11 años palabras como suicidio suenan a una película de ficción (y en realidad la mentira o la ficción se hizo real en el dialogo familiar).
A los 12 empecé danza, siempre me gustó bailar…el problema fueron los espejos. Los espejos limitaron mi conducta con respecto a la alimentación. Dejaba de comer por días o cuando comia, comía de atracones. El tema fue que esa obsesión por la imagen me llevó a un punto tal de “no querer ir a la facultad porque la noche anterior había comido” (LITERAL). Motivo por el cual abandoné 2 carreras antes de estudiar la actual. Desde los 12 hasta los 22, tuve ese trastorno…fueron diez años. Y a los 22 inicie un tratamiento para superar esa enfermedad.
No termina aca todo. Cuando tenía 19, mi hermano menor enfermó de esquizofrenia y yo en ese momento asistia a una universidad en la que las patologías mentales eran un tabú. Por eso sólo decidi compartir el dolor que me producia verlo a mi hermano con sus delirios con N (un ex que quizás por el momento y por el vacio del momento, hizo producir en mi un sentimiento de pertenencia muy grande para con el).
Ese sentimiento de pertenencia y dependencia para con el me llevó a hacer cosas que sólo crei haberlas leído en “El Tunel”. Cuando el me cortó (hablo de 21 años) me iba hasta su barrio –que es bastante peligroso- a la una de la mañana  a corroborar sentada y con frio (porque si me acuerdo que el fin fue en Junio)…. Para corroborar si el salía, si el volvía con alguien, y hasta a veces cuando corroboraba que no había salido, seguía sentada en la casa que estaba al frente llamándolo por teléfono sin obtener respuesta.
No se que me pasó en ese momento pero a pesar de la depresión que tenía, empecé a ir a un psicólogo…el cual me ayudo muchísimo. Cambié a la segunda carrera y todo marcho bien (incluso la estoy por finalizar ahora). Pero ojo, si bien quise cambiar para quitarme esa obsesión, transpolé todo el amor que sentía por el a mis amigos. Querer a los amigos está bien, pero no cuando te obsesionas con ellos o los sobre idealizas.
El final con mi ex duró 3 años entre idas y vueltas, y todavía lo extraño. Extraño el hecho de sentir que una persona me podía contener de semejante manera, que podía incluso ayudarme a pesar de contarle todos esos problemas. Y realmente (aunque me lo haya negado muchas veces), fue tan intensa, obsesiva,y sobre todo enfermiza esa relación que  logre por supuesto dejar de quererlo amorosamente, pero no logré nunca dejar de pensar que habrá sido de su vida.
Y quizás, si obviamos la relación llevada al extremo por ambas partes, fue un buen amigo. Y me sorprendo a mi misma que en la vorágine actual de actividades en las que vivo me despierte habiendo soñado que su mamá me llama diciéndome que él está en Francia y que quiere que yo vaya para allá. Me sorprende porque esto ya se debería haber ido, esos sueños ya no deberían existir después de tanto tiempo. Y en el momento en el que me despierto después de haber soñado eso, vuelvo a sentir ese desasosiego que sentí cuando él me cortó.
No sé que pasará con él y conmigo (lo más probable es que nunca más pase nada), pero ahora que estoy queriendo cerrar etapas, me concientizo de lo que el representó para mi. Y hasta le agradezco el fin. Si ese final no hubiese existido, yo hubiese seguido teniendo conductas alimentarias malas, yo hubiese seguido concentrándome más en el que en mi. Solamente me hubiese gustado tener un lindo final con el, y también me gustaría poder decirle hoy cuanto lo quise y cuanto lo extraño como amigo. En el fondo, muy en el fondo … El fue mi mejor amigo.
Y como diría el Indio Solari “ Ella (el) fue por esa vez mi héroe vivo (bah!)…fue mi único héroe en este lío”.
No nací en una familia perfecta y nací en una familia de apariencias. Incluso ahora todos cambiamos y estamos todos mas unidos, pero esos años de adolescencia sin contención familiar dejaron ciertas secuelas, que siempre siempre…las trato de buscar en otro lado.
Pero, como diría una de mis amigas (bien a lo criollo)“ Hay que ponerle el pecho a las balas”. Y creo hacerlo desde hace ya 3 años. Lo bueno de mi presente es justamente esto: Mi familia se concientizo de muchos errores y estamos unidos, mis amigos de la vida siguen firmes, mis amigos de la facultad son las personas más interesantes y más abiertas de mente que conocí hasta ahora. Y doy gracias por eso, porque siempre siempre (aunque sea en cuotas), la vida te devuelve o te da eso por lo que siempre luchaste: La libertad.